jueves, agosto 24, 2006

Hoy, una delicia propia de ayer

A ver qué les parece si les cuento mi mañana de ayer...
Me levanté, desayuné, me bañé, me vestí, acaricié a mi gata y salí rumbo a San Telmo en el subte b, no me simpatizó mucho la idea de salir y tener que entrar a un subte repleto de seres humanos todos pegaditos con el calor que hacía ahí abajo.
Me apenaba estar tan lejos del sol y de ese vientito encantador que me acariciaba la cara.
Hice la combinación.
Salí del subte y caminé dos cuadras que las disfrute tanto como cuando caminaba por la playa con el sol de frente y el mar a un costado. Luego de esas cuadras llegué al lugar indicado y me senté junto a la ventana para contemplar el día que después siguió y fue demasiado delicioso para contar…

1 comentario:

Anónimo dijo...

reconozco esa ventana !
que lindo leerte